El aroma del café predomina frente al perfume entremezclado de las naranjas, las moras y las naranjillas al ingreso de la cafetería En-dulce, en el Centro Histórico de Quito. Una vez que se atraviesa la puerta, el olor a pan de cebolla gobierna. Los clientes observan a dos mujeres que amasan, mientras otra da forma a empanadas y enrollados. Sentados en una de las mesas, están Álvaro y Gabriela Alemán: ellos, por su parte, ‘amasan’ y dan forma a uno de los proyectos más ambiciosos del terreno editorial ecuatoriano.
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